Cuando vemos una película de la Edad Media lo que más nos llama la atención es quizás la lucha épica entre caballeros de largas espadas y fuertes armaduras. A lo que no le prestamos mucha atención es a los talleres donde se confeccionaban las armas y la relación entre un “maestros” – un profesional experto con renombre – y un “aprendiz”, aquel joven que es discípulo y desea aprender el oficio.
La historia nos relata que el genio Leonardo Da Vinci ingresó como aprendiz en el taller del prestigioso maestra Andrea del Verrocchio en 1469. Aprendió viendo y haciendo tareas, al inicio básicas y poco a poco cada vez más elaboradas, hasta dominar la técnica y poder dar rienda suelta a la imaginación y al talento. El aprendizaje en los talleres inicia lo que hoy conocemos como modalidad DUAL para la formación y capacitación de profesionales calificados. El modelo es la base de la educación y la economía de varios países en Europa, siendo Alemania, Suiza y Austria sus principales exponentes.
En Alemania la ley de protección a los artesanos de 1897 le otorgó un nuevo marco legar al artesanado. Entre otras cosas, se estableció y reguló legalmente por primera vez el principio dual de la formación técnica, es decir, aprendizaje práctico en el taller -hoy en la empresa- y aprendizaje teórico en las escuelas vocacionales. Además, el maestro debía tener un título en la especialidad para poder formar aprendices en los diferentes oficios.
Alemania atribuye el éxito y estabilidad de su economía a este modelo de aprendizaje basado más en la cooperación y el consenso que en la competencia; y que abarca al conjunto de los sectores socioeconómicos, desde el sistema financiero al industrial o al Estado. Pero este sistema de enseñanza-aprendizaje no es exclusivo de cierto países y puede ser exitoso si se consideran elementos básicos que aseguren la calidad.
La formación DUAL nos da como resultado una economía más competitiva. El capital humano calificado con una amplia combinación de habilidades es crucial para el éxito del negocio y la prosperidad de nuestro país. Está demostrado que las empresas con personal más calificado tienen mayores tasas de innovación y productividad.
Diferentes estudias han encontrado una relación evidente entre el capital humano y el crecimiento económico, pero, más aún, estudios de resultados de programas de formación DUAL en Latinoamérica señalan un incremento de 33% en la productividad de un profesional luego de recibir una capacitación en este modelo de aprendizaje.
En nuestro país, en el Instituto de Emprendedores y la Corporación USIL, desde nuestro rol de formación del capital humano con sólidos valores y principios, hemos tomado la decisión estratégica de sumar a nuestro modelo la tecnología y el valor compartido que crea riqueza social. En ese marco, hemos diseñador un modelo de formación DUAL, que profesionaliza el emprendimiento y la generación de capacidades para lograr líderes del cambio.
Hoy, más que nunca, este tipo de modelo educativo es tan necesario para enfrentar la nueva normalidad y el pronto retorno al camino del crecimiento y desarrollo económico integral. Cuando nos referimos a programas duales exitosos estamos considerando el ganar-ganar-ganar, pues, con la formación DUAL ganan los jóvenes y empleados, quienes adquieren habilidades que elevan su posicionamiento en el mercado laboral; ganan las empresas que deciden invertir en la capacitación de su personal y, por ende, en el crecimiento sostenible; y también gana la sociedad, al disminuir el desempleo.
Vivimos momentos de cambio a nivel mundial y estos pueden ser una oportunidad para generarlos también al interior de las empresas y en la organización de las cadenas productivas. Desde ahora, cada vez que admiremos las obras inmortales de Da Vinci, pensemos que -como todo gran maestro- empezó primero por el taller de aprendiz.
“DIFERENTES ESTUDIAS HAN ENCONTRADO UNA RELACIÓN EVIDENTE ENTRE EL CAPITAL HUMANO Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO”
